miércoles, 30 de noviembre de 2011

autopista

Una mañana, y después una noche, y luego otra mañana más.
Dicen que la existencia es sublime, aunque a veces solo parece una trampa mortal.
Una acera llena de socavones sin cartel de disculpen las molestias.
Un coche en la autopista, en dirección contraria, por la noche, sin luces,
y por la noche y sin frenos.
Y sin intenciones de parar.
Y después otra noche, otra mañana, y otra noche más.

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